mercredi, décembre 05, 2007

No sé si es resultado de mi terapía viendo canales para niños o que ya mero va a llegar Santa Clós, pero he tenido demasiadas regresiones a momentos de mi infancia. Quiero escribir tres:



Era la navidad del 87. Yo tenía 5 años. Estaba en tercer año de kinder. Mis papas son músicos de hueso colorado. Mi mamá canta muy bien y mi papá toca la guitarra. De hecho, se conocieron y enamoraron cuandos los dos cantaban en la rondalla de su prepataroria. Era de esperarse que sus hijos desarrollaran un gusto especial por la música y disfrutaran de cantar, tocar instrumentos y representar numerazos musicales tipo siempre en domingo. Para esa navidad Santa Clós me trajo algo especialmente pensado para estimular mi amor por el canto y mis ganas de acompañar a mis papás en cada uno de sus conciertos caseros: Un micrófono inalámbrico con bocinas incluidas. Y llegó el día: La maestra del kinder nos pidío que llevaramos nuestros regalos de navidad para jugar con nuestros compañeros. Unos llegaron con su caja de carritos, las niñas con sus monas. Yo llegué con mi micrófono ansioso de prestárselo a todos para que escucharan su voz y pasáramos horas y horas de sana diversión jugando a ser rockstars. A nadie le importo mi micrófono. Nadie entendió el valor y la utilidad de mi juguete. Y por supuesto que en lo más mínimo me interesaba ensuciarme jugando con carritos o con pelotas. Me acuerdo que una niña también llegó nomás con una chamarra. Ese era su regalo. Ellos se lo perdieron. A lo mejor ella ahora es una gran diseñadora de modas y yo..yo canto bien chilo en la sala de mi casa.


1989. Estaba en segundo año de primaria. Llegamos a la página del libro de actividades donde tenemos que hacer un móvil con varitas de madera, hilos y dibujos bobos. De tarea claro, con la ayuda de nuestros papás. No se por que desafortunados motivos se hizo supertarde y no habíamos hecho mi móvil. Yo creo que ya estaban cerradas todas las papelerías porque ni el material alcanzamos a comprar. Plan B de mi papá? Hacerme el móvil con varillas de acero. Nos quedó bien bonito. Y a prueba de terremotos. Al día siguiente llegamos todos con nuestras tareas y la maestra colgó todos del techo del salón. Todos menos el mío. Era demasiado pesado y las cabezas de mis compañeros estarían en peligro. Me regresé a mi casa con él. Admito que en ese momento me dió un poco de pena. Ahora celebro la libre interpretación del arte de mi apá.


Era el Verano de 1993. Yo iba a cumplir 11 años. Desde mucho antes de mi cumpleaños mi mamá me decía a cada rato que me iba a dar una gran sorpresa como regalo. Mi hermana también sabía que era esa sorpresa porque a cada rato me decía que me iba a gustar mucho. No podía esperar a que fuera mi cumpleaños y saber que me iban a regalar. Llegó el glorioso 26 de Agosto y cumplí 11 años. Mi mamá sacó de la cajuela del carro una bicicleta con llantitas de entrenamiento que me había amanecido cuando yo estaba mas chico y con la que pasé bastantes momentos de felicidad. Un día se ponchó y nunca la arreglamos. Mi amá la mandó arreglar para re-regalarmela y le quitó las llantitas de entrenamiento. Problemas: A mis 11 años yo no sabía andar en bicicletas normales sin llantitas extras. Miedo. Nervios. La sorpresa no fué del todo emocionante para mí. Unos días después mi amá me llevó al parque vicente guerrero para aprender a usar la bici. Mi mamá enseñandole a su pre-puberto nene a andar en bicicleta rodeado de papas con bebitos en bicicletas con llantas extras. Y lo logré. Ese día aprendí a andar en bicicleta. Y nos reímos mucho.

Años después mi amá también me enseño a manejar carros.


QUIERO
DEMASIADO
A
MIS
PAPAS.

1 commentaire:

Marcos Legaspi a dit…

aww... que cosa tan cura.

es que los papás son la onda.

mi mamá me enseño a hacer arroz blanco... UNDIIIII!